jueves, 28 de noviembre de 2019

Fernando Savater y «El valor de Educar»

 El autor de la obra parte del supuesto de la unicidad del ser humano, que se complementa con la pluralidad. A través del aprendizaje y la convivencia se fragua la conformación de las características humanas. Cuenta con dos recursos: la sociedad (en la cual puede interaccionar y desarrollar  sus capacidades humanas) y el tiempo.  Cita a Pessoa con  un pensamiento relativo al tiempo, donde los tiempos que expresan acciones no existen, “tan solo existe el hecho, la cosa en sí misma”. Desde la  enseñanza, el autor del libro se refiere al pasado como un depósito, a modo de archivo, del que se pueden tomar hechos u acciones para transferirlas a la experiencia de nuestros semejantes.  Desde la cultura, las tradiciones culturales se fraguan durante siglos como testigos fieles de un tiempo que podría denominarse “el tiempo de la humanidad”, puesto que es el legado de la cultura, válido para  cualquier  periodo.
A través del tiempo se va implementando de una u otra forma la enseñanza, pero al igual que la sociedad se va  transformando de forma permanente en virtud de los cambios que ésta demanda dentro de los múltiples ámbitos que la conforman, también el método de enseñanza, la responsabilidad de quienes deben llevar a cabo esta labor imperativa, se va volviendo cada vez más subsidiaria de otras instituciones que actúan como suplentes de la institución natural y  los valores que conforman la esencia de la “humanidad” que,  como virtud inexcusable de la educabilidad del ser humano, también va sufriendo la misma transformación. Portadores pues del legado que el tiempo, la cultura y la tradición cultural nos confiere, debiéramos llevar a cabo la tarea educadora desde el papel que nos legue nuestra posición en la sociedad.  Para el educador, su tarea sería la de educar la voluntad para  modelar un ser a partir de un constructo previamente definido, al que el autor define en su obra como un producto basado en la  “excelencia”.  Una excelencia cuyo fin último no se refiere en este caso a una cuantificación, sino un trato continuado desde la pedagogía del enseñante que tendrá la ardua labor de ir dando esa forma ya mencionada partiendo de la libertad del discente para aprender, pero también del derecho de los padres a ejercer su papel como tal en la conformación de esta educación y el deber de los educandos para complementar la misma. El control “parental” que ofrecen hoy en día las nuevas tecnologías, “posibles” primera causa de problemática en el producto final del proceso educador en palabras del autor de la obra, permitiría de una forma analógica que la tutorización-familiar hacia los educandos en dicho proceso (que es un todo esencial en la vida cuando no se ostenta la mayoría de edad) integrado por una amplia variabilidad de factores y recursos materiales y humanos, pudiera realmente ofrecer como resultado final la “excelencia”,  virtud que se integraría en este caso como un éxito rotundo en esta sociedad cambiante a la que refería en los primeros párrafos.   Impulsar de esta forma al ser humano requiere no solamente de aritmética y disciplinas análogas. También, y sobre todo, en opinión del autor de la obra, de las ciencias que están relacionadas con las humanidades, entre las que se encuentra la filosofía, capaz de llevar a cabo no solamente una labor de conocimiento ontológico o humanista, también reflexivo y crítico. Autores como Claude Levi-Strauss, Kant, Hegel o Rousseau son para el autor, referentes ineludibles en la conformación del  humano como ser racional y educable.

Pequeños ensayos (CED)
Filosofía en Pedagogía.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Manifiesto 25 de noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer


La violencia de género es global, no tiene fronteras, se da en todos los países y sociedades y se dirige a todas las mujeres, sin distinción de clases, etnia o grupo de pertenencia. No hay un perfil de víctima de violencia: el principal factor de riesgo es ser una mujer. De ahí que las respuestas que se necesitan, deben ser globales, integrales, sistemáticas e ir dirigidas a la médula del sistema que degrada, discrimina y asesina a las mujeres por el hecho de serlo. Para ello se necesita el compromiso personal y político de todas las instancias, de todas las personas, hombres y mujeres que creen firmemente que, sin la igualdad de género, no es posible el desarrollo ni la democracia.

CEIP Jaime de Foxá. 
25-11-2019