¿Conoces qué es la
Transición Ecológica?. ¿Sabes que España tiene Ministerio para la Transición Ecológica?.
Rodrigo Irurzun
es ingeniero en Telecomunicaciones y especialista en ahorro y eficiencia
energética. Es uno de los ponentes del curso La Agenda 2030: La disputa por lo
común de ucm.es/encuentros
y cita al comenzar su exposición el 2,2% como cifra relevante para referirse al crecimiento
del consumo de energía en España, remitiendo a los asistentes al "Informe del
Club de Roma" para conocer los límites del crecimiento. La creación de este
informe fue promovida por el Instituto de Tecnología de Massachusetts poco
antes de la crisis del petróleo de 1972. No es el primer paso de la humanidad
relativo a la preocupación por la cuantificación de aspectos esenciales para nuestra vida y la de nuestros descendientes, pero sí quizá supone un antes y un después o un punto de
partida para estudios posteriores.
A partir de aquí
surgen preguntas muy básicas pero condicionantes a la hora de reflexionar sobre
el consumo de energía, como por ejemplo; de dónde procede la energía que
consumimos. Recordamos algunos países que sí forman la OPEP como Venezuela,
exportador de petróleo a EEUU y otros que no forman parte de este organismo
como la URSS o China, éste último sobre-explotando el consumo como respuesta a
los niveles de producción. A lo largo de estas últimas décadas se han producido
muchas guerras y conflictos sociales por
el control y aprovechamiento de los recursos:
La última gran debacle se produjo a finales de
la primera década del año 2000. Aún hoy el mundo se resiente de esta crisis. El
combustible y su precio generaron el hundimiento mundial de la economía.
Pero no
solamente hablamos de precios. También de recursos y de sostenibilidad. Si
China necesita la mitad del carbón que se produce en el mundo para funcionar industrial y tecnológicamente
y los recursos no renovables tienden a desaparecer o si las emisiones de CO2 superan los máximos muy por encima de todas
las previsiones, la pregunta que nos plantea es bastante razonable; ¿habrá
llegado la hora de la transición?. Se abre pues un nuevo camino que permitirá
a la humanidad cuidar del planeta
tomando medidas drásticas que revertirán en su beneficio, entre otras; el
ahorro. Fuentes como el sol y la energía solar ya se utilizan en otros países con
la intencionalidad de conseguir agua potable a través de las desaladoras. ¿Cuál
es nuestro papel entonces como sociedad civil-(izada) frente a la transición
energética?. La sociedad demanda hoy por hoy que la energía esté en manos de la gente pero, además, que
no se deje a nadie en el camino ni económica ni laboralmente cuando se trata de
la energía, de su uso y disfrute. Por eso es necesario repensar en que se
reduzca la brecha y que los países menos beneficiados de las exportaciones no
sean los más vulnerables en las crisis. Si consultamos el Dictamen del Comité
Económico y Social Europeo sobre el tema “Por
una acción europea coordinada para prevenir y combatir la pobreza energética”
podremos conocer que se estableció de forma normativa y obligatoria que “la energía es un bien común esencial”.
Esto supone vertebrar desde un modelo de bienestar equitativo las ayudas
necesarias para quienes más lo necesiten.Una última
reflexión de esta exposición es si pueden instituciones como las escuelas, institutos o
las universidades, ser los entes adecuados para transmitir informaciones y
fomentar hábitos y acciones referentes al cambio de paradigma energético y
sostenible. Si la cantidad sí importa desde todos los ámbitos ecológicos y
sostenibles, es necesario concienciar que si superamos los límites planetarios
no solamente será el cambio climático una manifestación de nuestra barbarie,
también otras consecuencias producirán un daño irreparable al planeta. “Es
necesario ponernos de acuerdo a nivel mundial”, comenzando por las acciones
individuales y locales. Programas como Agenda 21 o acciones llevadas a cabo por
empresas como Ecoembes permiten transmitir y promover esta concienciación tan necesaria para
salvaguardar el mundo en el que vivimos y también conocer y actuar de acuerdo a
los Objetivos de Desarrollo Sostenible que son en gran medida la principal guía
que nos permitirá actuar conjuntamente, en la misma dirección, no solo desde el
ámbito social, también desde el educativo, no de forma paralela al currículo,
sino como ejes vertebradores e inclusivos.
Madrid, Julio de 2019
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